Friday, September 9, 2011

La necesidad imperante de un conversatorio sobre la realidad Boricua

or Juan A. Moreno-Velázquez
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¿Y ahora, quién podrá defenderme? Gánster… ¿Qué hago? 

Estas populares expresiones pueblerinas son utilizadas frecuentemente dentro del diario vivir del vulgo boricua como representación de la incertidumbre ante el estado general de la situación política, social y económica en la que se encuentra el país.

Es claro, nos encontramos en una encrucijada donde los problemas agobian al país, donde los asesinatos diarios y consistentes mantienen a la ciudadanía temerosa, y donde la incertidumbre es el modo de vida de la gran mayoría de los puertorriqueños, y no debemos dudar que el gobierno no tiene una solución para estos problemas.

El país pide a gritos una serie de conversatorios sobre la problemática social del país.  Es necesario el que las voces del pueblo y los expertos en las ramas criminal, social y económica en el país se unan en una discusión que establezca soluciones criollas para los problemas del desempleo, la droga, la economía, en fin, todo lo que está torcido en este bendito país.

Para esto es necesario el comenzar con esta serie de conversatorios los cuáles han de plantar la semilla para establecer una agenda criolla sobre el futuro del país, y esta es la única manera en que podremos avanzar con algún sentido de dirección y sentimiento cívico el cual no este dominada por los intereses político-partidistas.  Solo mediante un compromiso programático de nuestros líderes para echar en marcha los resultados de esta agenda boricua, existiría la posibilidad de resolver la grave situación en que ha caído Puerto Rico.

Es claro que el compromiso social no es parte de la agenda del partido que administra a la Isla en este momento, y que las historias de progreso económico que el gobernador Fortuño promueve a todo aquél que le quiera escuchar, dentro como fuera del país, son actos de mala magia que se manejan con humo y espejos y no una realidad tangible que puedan disfrutar los puertorriqueños.

Vivimos en tiempos de “un quítate tú pa’ ponerme yo”, en lo que a la política refiere, que inhibe el desarrollo y crecimiento de una programática social a nivel nacional que presente una alternativa de cambio dentro del pensamiento criollo, ya que el “quita y pon” político que caracteriza a la Isla, por definición e interés político-partidista, limita estos procesos.

Es necesario el que se establezca una prioridad programática social comprometida a mejorar la condición que vive el país y que esta se base en el compromiso de líderes de altura.  Es este compromiso o la falta del mismo,  otro de los mayores problemas que confronta el país.

Ante esta falta de liderazgo es necesario organizar, dentro de los diferentes estratos sociales en el país, una serie de movimientos ciudadanos comprometidos con el establecimiento de verdaderos programas sociales que se centren en el fortalecimiento de la familia y de nuestra sociedad por medio de un programa de educación consistente y comprometido.  Es también necesario, por otra parte, que este plan este atado a una programática económica dirigida a devolver el valor a los padres de familia al poder emplear a un excedente laboral que, en este momento, se bandea sin suerte, y que, en muchos casos, tiene que recurrir al mercado del crimen y la droga para poder subsistir económicamente.

Cuando nuestro gobierno corta las oportunidades económicas, sociales y educativas, no nos debe sorprender que la reacción social se centre en el aumento del tráfico y el consumo de la droga y los consecuentes aumentos en los asesinatos cometidos por aquellos que han sido victimados por una sociedad que les ha abandonado a un mundo donde la vida no vale nada.

Puerto Rico está pasando por el momento de crisis más profundo en toda nuestra historia, y hay que detener la desbancada social que enfrenta el país.

Para esto es necesario establecer un compromiso social y moral en una agenda de soluciones criollas por el futuro de Puerto Rico.  Esta agenda tiene, por obligación, que estar fuera de los intereses político-partidistas, y tiene que envolver un control ciudadano para garantizar el compromiso y la dirección programática del mismo. 

Necesitamos el desarrollo de un movimiento social, que envuelva al ciudadano privado dentro de un compromiso de pueblo que le quite el control a los gobiernos de turno sobre cómo manejar la agenda que desarrolle el Conversatorio Nacional sobre el futuro de Puerto Rico.

Es necesario que el gobierno entienda que no es necesario el que exista más represión, al contrario, nuestro país necesita mucha más democracia.

Ese precisamente podría ser el comienzo de un verdadero compromiso criollo con el mejoramiento de nuestra realidad social, DIOS sabe que lo necesitamos.