Por Juan A. Moreno-Velázquez
Puerto Rico ha alcanzado un momento de definición el cuál en un momento de mi vida, pensé que no sería posible dentro de mi existencia terrenal.
Ahora el paso de los años, añade a la experiencia y la sabiduría y me permite analizar una serie de circunstancias que se han suscitado dentro de nuestra experiencia diaria, que hacen de este momento uno, no tan solo verdaderamente necesario, sino también uno que no puede ser detenido como parte del proceso social del Puerto Rico del mañana que por circunstancias fuera de nuestro control inmediato se está gestando hoy, precisamente, en este momento histórico.
Por consiguiente, he comenzado a cavilar sobre nuestra situación nacional, dentro de un pensamiento muy criollo, uno que es el resultado de la suma de todas mis experiencias, durante el transcurso de mi vida. Es por este que pienso que la realización, a nivel nacional, de la problemática de división existente es el primer problema.
Puerto Rico, en términos intelectuales ha entrado en una de seria discusión civil. Interesante, en la misma manera que muchos países en el mundo han visto la solución de su problemática dentro de un conflicto (guerra) civil, el Puerto Rico de hoy está envuelto en una guerra entre los hijos de la patria que sencillamente no hemos reconocido hasta el momento. Es tiempo de que nos demos cuenta que estamos enfrentando una cruenta batalla entre los extremos de nuestra sociedad, donde la derecha le falta el respeto al centro y la izquierda se mantiene silente y prácticamente en la expectativa de un conflicto final que es, verdaderamente, inevitable.
Debemos de realizar que no existe manera de resolver nuestras divisiones mientras observemos la situación como una de ellos contra nosotros, mientras la derecha le llame a sus opositores “populetes”, nunca hemos de encontrar un consenso criollo.
Es imperante y necesario que entendamos que la problemática criolla no se limita a grupos políticos, o económicos, que esta problemática no tiene que ver con el nivel educativo ni el color de la piel, es, simplemente, un problema criollo, y este no ha de encontrar soluciones en el estatus político. Las soluciones al problema se encuentran en nuestra historia y en nuestra cultura. Nuestros problemas sociales no encontraran soluciones en falacias económicas que presentan ideales soberanistas fuera de nuestra casta.
La problemática criolla es una situación de todos, y parte de un sistema de gobierno abusivo y corrupto que abusa de todos por igual.
Es por esto necesario el realizar el que todos navegamos en la misma embarcación, no hay ellos, ni nosotros, solo boricuas enfrentando los mismos problemas y situaciones, ese es un comienzo. Es obligatorio el realizar que todos, no tan solo en Puerto Rico sino en el mundo que nos rodea, somos UNO. No existe diferencia y lo que afecta a unos en manera negativa, nos afecta a todos en igual manera.
En segunda instancia tenemos que realizar que los políticos criollos, en su amplia mayoría están comprometidos con una agenda político-partidista que, por definición, no puede ser criolla y mucho menos nacional dentro de su enfoque.
Esta situación impide que cualquier proceso político-social-económico generado por este tipo de legisladores, pueda dirigirse a la resolución de la problemática criolla.
Por consiguiente, es necesario el identificar a hombres y mujeres de bien y entereza social para que sean estos quienes se hagan cargo de nuestras instituciones. Por definición hay que realizar que la gran mayoría de los políticos que controlan el país solo buscan el resolver en torno a sus mejores intereses y no lo mejor para nuestro pueblo.
Es necesario crear un modelo criollo para resolver nuestros problemas nacionales y este modelo no puede venir desde el norte, que es nuestro modelo actual, ni del sur, donde no hemos encontrado muchos modelos funcionales. Nuestro modelo tiene que ser criollo por naturaleza, un modelo donde podamos ofrecer cátedra y ejemplo al planeta, algo que hemos hecho dentro de tantas circunstancias que demuestran el talento boricua.
Es tiempo de poner ese talento boricua en mira hacia nuestro interior como pueblo y el encontrar situaciones criollas para una problemática que es de índole criolla y, por consiguiente, cuya solución solo puede encontrarse en nosotros.
Finalmente, es imperante el realizar que es necesario derrumbar nuestras instituciones políticas tradicionales y crear nuevas alternativas criollas al enfrentar nuestros problemas en el siglo XXI.
El estatus no resuelve, ni resolverá nuestros problemas sociales y económicos, y ninguna alternativa colonial, puede, por definición, resolver sobre 500 años de coloniaje.
Solo un revivir dentro de nuestra conciencia cultural y nuestros valores históricos puede traer nuevas alternativas. Es por esto que debemos dar la bienvenida a este momento histórico con beneplácito.
Finalmente tenemos la oportunidad de escoger una dirección criolla, busquemos en DIOS la capacidad y la sabiduría que nos permita encontrar el camino correcto.
No existe nada en este lado del charco que tengamos que copiar para llevar a nuestro lar, las soluciones, todas, se encuentran aquí y ahora.
Visite www.juanmorenovelazquez.com y participa en la encuesta de este fin de semana sobre el estatus de Puerto Rico. Esta nota aparecerá en la Página PUERTO RICO AL DIA que se publica en LA VOZ HISPANA de NY.
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